¿Sabemos cómo responder ante eventos inesperados y la sensación de pérdida de control? Ahora menos que nunca. Si antes muchos pensábamos que la vida se podía planear de principio a fin, la pandemia nos mostró claramente que todo puede cambiar en un segundo y que el día a día es una oportunidad que vamos viviendo minuto a minuto.
Este sentimiento contagió todos los ámbitos de la vida y las empresas se encontraron viviendo momentos de incertidumbre que antes eran impensados. Por eso, hoy es importante tener esa conciencia de que las cosas pueden cambiar y tenemos que estar preparados para ello.
En primer lugar, es importante ver la incertidumbre como una aliada y no como una enemiga. La incertidumbre nos mantiene “pilas”, nos obliga a improvisar y estar actualizados para no quedar obsoletos. Además, nos hace ver los errores e invita a innovar con el fin de mejorar ese proceso que tuvo un fallo o tomó un camino distinto.
Este sentimiento contagió todos los ámbitos de la vida y las empresas se encontraron viviendo momentos de incertidumbre que antes eran impensados. Por eso, hoy es importante tener esa conciencia de que las cosas pueden cambiar y tenemos que estar preparados para ello.
En primer lugar, es importante ver la incertidumbre como una aliada y no como una enemiga. La incertidumbre nos mantiene “pilas”, nos obliga a improvisar y estar actualizados para no quedar obsoletos. Además, nos hace ver los errores e invita a innovar con el fin de mejorar ese proceso que tuvo un fallo o tomó un camino distinto.
